jueves, julio 06, 2006

el hablante de la palabra

Sigue Pannikar:

"Texto, contexto y pretexto forman parte del conocimiento de cualquier palabra. En nuestra cultura escriturística, informática diría yo, tendemos a identificar la palabra con su texto, su concepto. Toda palabra, sin embargo, tiene más de un sentido, que se capta en el conocimiento simbólico -y que no es el conocimiento conceptual-. El conocimiento conceptual es conocimiento científico, tiende a la univocidad. El conocimiento simbólico, en cambio, es un conocimiento concreto, existencial y polisémico. Si el símbolo no me transmite nada, no constituye para mí ningún símbolo. El conocimiento simbólico debe contar con la participación del conocedor que nos descubra su valor no exclusivamente conceptual. Cuando el símbolo comienza a hablarnos, cuando comienza a estar vivo, se acerca entonces la resurrección de la teología. La fe cristiana se expresa en símbolos que se traducen en praxis: el símbolo de los apóstoles. Cuando el símbolo de los apóstoles se identifica a la doctrina cristiana, acecha el peligro de convertir la fe en una ideología. Y ello nos lleva aún a otra cuestión.
Toda palabra, y sigo hablando del genitivo subjetivo, revela un hablante. Por esto en la teología hay que escuchar la palabra. Ahora bien, para escuchar hay que conocer simultáneamente texto, contexto y pretexto. Al texto podré tal vez empezar a entenderlo leyéndolo, aplicando mi conocimiento conceptual. El contexto requiere el conocimiento simbólico; he de ver el texto en su lugar natural para que me hable y pueda entenderlo más plenamente. Par conocer el pretexto he de conocer al autor del texto, al hablante; me hace falta escucharlo y entenderlo; esto es, amarlo. "

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