martes, junio 27, 2006

A la vida le basta u

A la vida le basta una grieta en la roca para brotar de nuevo

Ernesto Sábato

viernes, junio 23, 2006

Ponencia Prensa-Poder

Clientelismo prensa-poder en una sociedad abiertaPalabras Clave: transparencia, democracia, periodismo, ética periodística y periodismo de calidad.Resumen:En el presente documento se argumenta que el periodismo más que volverse un poder de facto al lado de los poderes constitucionales/ o peor aún una comparsa de los gobernantes en turno contribuya a la construcción de la ciudadanía. Bajo esta perspectiva los periodistas deben construir una agenda ciudadana; construir vínculos con los ciudadanos y contribuir sustancialmente a los valores democráticos a través de la crítica, la información de calidad y la reflexión.Existen al menos cuatro niveles para esta labor: 1) el nivel jurídico; 2) el nivel político; 3) el monitoreo ciudadano; 4) la discusión interna entre los periodistas.Durante un largo tiempo, los periodistas poblanos funcionaron como voceros del gobierno en turno, algunos recibían estímulos y obtenían prebendas por escribir a favor de los gobernantes. A pesar de que el sistema político mexicano se mueve hacia la pluralidad democrática, se mantiene la tradicional actitud de la prensa local de disputarse la vocería de los grupos y camarillas políticas. Es necesario que la práctica periodística  evolucione hacia un papel de vigilancia en una sociedad cada día más abierta. Por lo que desmontar la actual estructura clientelar de la relación prensa-poder exige repensar los términos de esta relación bajo lo que Gianni Vattimo llamaría ?un pensamiento de la diferencia? en la extensa ?conversación?, al estilo Richard Rorty.El modelo ?misionero? de la relación prensa-poderLa llamada transición democrática que inició en nuestro país hace más de un decenio ha sido un proceso heterogéneo[1] y a distintas velocidades en las regiones del país. En algunas zonas del territorio nacional ha mostrado avances notables mientras que en otros aún existen las viejas prácticas de los regimenes políticos del siglo pasado. La idea central de este documento es que la transición democrática está incompleta sino se modifica también la relación entre la prensa y el poder. En el contexto de un modelo de competencia electoral entre los partidos, con una pluralidad de actores políticos y sociales, con la necesidad de una mayor participación ciudadana, urge que  el modelo clientelar de la relación prensa-poder sea desmontado. El Informe sobre la Democracia en América Latina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) nos advierte  que existen factores indispensables para la gobernabilidad democrática, ?tales como una prensa libre, una sólida protección de los derechos humanos, un poder judicial independiente y vigoroso, que requieren ser fortalecidos?.Habría que recordar que la finalidad del periodismo siempre es ética: surge bajo la lógica de los contrapesos propia de los sistemas democráticos como un poder aparte que  ilumina las zonas oscuras del poder. Si como señala Paz, el compromiso del poeta es con el lenguaje el compromiso del periodista es con sus lectores. Pero la eticidad del ejercicio periodístico estriba en que apunta a permitir una refexión, a ser parte de la memoria de los tiempos modernos y a permitir la emergencia de nuevas demandas ciudadanas y actores invisibilizados por las prácticas de los poderes del Estado.Sin embargo, la experiencia que se vive en esta ciudad nos advierte sobre otra acepción de la tarea periodística, una en la que la información se intercambia para obtener beneficios económicos; el silencio de los medios, a cambio,  facilita la integración de los medios a la nómina gubernamental[2]; la adulación y el ataque encarnizado a los opositores políticos[3]  complacen  lo mismo a los gobers preciosos que a otros actores políticos.La calidad de la información generada por un medio de comunicación está en función de su distancia del poder: entre más ligado financieramente o vinculado a un proyecto político-partidista o político-empresarial la calidad informativa disminuye.[4] A mayor distancia de estos poderes la calidad informativa y la objetividad funcionan mejor.Amenazada la información y la objetividad por esta cercanía al poder es imposible para los medios de comunicación incluir la pluralidad de las voces de la sociedad o proponer una  agenda periodística ciudadana.Bajo este contexto el tipo de actividad periodística que se realice estará acotada, limitada y restringida. Esta descripción editorial inhibe las estrategias de la crítica. En su lugar, legitima a los actores políticos  ya sea por medio del burdo halago o por la simulación de la pluralidad revestida de oposición feroz. El control estatal de la informaciónLas ciudades y las regiones tienen los medios que se merecen. Insistimos en esta idea central: a mayor intervención estatal en la vida pública para controlar a los actores políticos mayor será la necesidad de las instituciones del Estado en controlar el flujo de información.            Bajo este parámetro, el modelo poblano de relación entre medios de comunicación y el poder estatal (administraciones municipales, estatales y la universidad pública) es la del subsidio: ?inyectar?[5]  recursos a los medios de comunicación para domesticarlos.            Modelo sin duda ?exitoso?. Ha sido cómodo para que los directivos de los medios de comunicación hagan rentables sus periódicos, sus estaciones radiofónicas, sus televisoras y ahora hasta sus portales electrónicos.Si aplicamos la lógica del mercado esta búsqueda del subsidio gubernamental ha producido medios de comunicación que compiten por estos recursos ya sea a través del golpeteo sensacionalista  o a través de la adulación. Si al medio de comunicación ?en este mecanismo de dependencia- sólo le interesa el subsidio gubernamental no regulado entonces los medios de comunicación no tienen necesidad  de periodistas calificados,  de indagar a profundidad   los temas de coyuntura, de generar una agenda ciudadana, en suma de fortalecer a la democracia.[6]            Esto entorpece las aspiraciones a la modernidad democrática y en este intercambio de la relación prensa-poder quienes han sido los grandes perdedores son la ciudadanía, la democracia y los periodistas.            La ciudadanía porque no cuenta con información de calidad para la toma de decisiones; la democracia porque carece de elementos para evaluar el comportamiento de los actores políticos y los periodistas porque se vuelven  empleados de algún proyecto político-gubernamental en detrimento de la crítica, la reflexión a profundidad y el debate.            Este modelo relacional prensa-poder ha producido un estilo de periodismo al que denominamos ?periodismo misionero?.Democracia y PeriodismoYa se ha dicho hasta el hartazgo que el periodista debe mantener una independencia frente a los poderes de facto. Pero esta independencia no es únicamente un asunto de voluntades sino además debe ser fortalecida por mecanismos jurídicos, por instituciones fuertes y sólidas, así como por una ciudadanía participativa en las cosas de la vida pública.Los vasos que comunican los valores democráticos como la transparencia, la rendición de cuentas, la participación ciudadana, la no discrecionalidad de los actos de los gobernantes, debe estar presentes en el ejercicio periodístico.No podemos omitir esta concepción básica: el periodismo no sucede en el vacío, en un mundo de algodones, en un mundo platónico perfecto donde reina el deber-ser. El periodismo es un constructo histórico que responde a intereses muy concretos y específicos de los actores sociales, surge en una   una cultura y bajo reglas implícitas de la conducción política.Por esta razón, la competencia electoral mínima, la nula independencia de poderes,  el control de los órganos de fiscalización, la imposición de incondicionales en  organismos como la Comisión de  derechos humanos y de transparencia de la información, los partidos políticos satélite,  la universidad pública sin autonomía y medios de comunicación que inciden esporádicamente en la construcción de valores democráticos son el marco ideal ara que las viejas conductas políticas del control de la información se perpetúen.El informe de la Sociedad Interamericana de Prensa en Puebla            El informe 2006 de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) sobre México refiere que la auto-censura en el norte del país y el ataque a la libertad de expresión por políticos y gobernantes son prácticas comunes. Sin parámetros en la opinión pública nacional la persecución realizada por el gobierno estatal en contra de la periodista Lidia Cacho generó una respuesta en instancias federales y la creación de una Fiscalía Especial para Delitos en contra de Periodistas porque en este sexenio han existido 208 agresiones a los reporteros. Debemos estar atentos a que una opinión del Ejecutivo Estatal sobre los periodistas no se vuelva norma de conducta para funcionarios, políticos y líderes de partidos: "Hay crítica que solamente confunde y destruye. Ésa, pues vamos a  procurar que desaparezca, porque ésa no contribuye a nada bueno, solamente a que la gente tenga más desconfianza, que no crea en nadie."[7] Queda claro que esta opinión del gobernante sobre los periodistas se volvió una forma de conducta pública de las instituciones en Puebla.  Sin embargo, esto que es incidental y afecta el desarrollo de la vida democrática en el estado debe mirarse en un contexto más amplio y estructural, es decir, el caso Cacho-Marín-Nacif evidenció los rasgos de un gobernante de talante autoritario y sin compromiso con los valores democráticos, pero lo que no se ha analizado, discutido, comprendido y evaluado es que con la salida del gobernador o con su permanencia quedan intactas las practicas que privilegian una relación cómoda entre prensa y el poder estatal. Sobre esto poco se ha dicho.    La libertad de expresión y de prensa sufrió nuevas agresiones brutales. Los ataques de grupos ligados al crimen organizado, especialmente al narcotráfico, siguen siendo el factor principal que lesiona la libertad de información.(?) Políticos y gobernantes, subordinados en ocasiones al poder económico, protagonizaron graves ataques contra periodistas(?) Bajo cargos de difamación, el 16 de diciembre fue detenida en Cancún, Quintana Roo, la periodista y activista social Lydia Cacho Ribeiro, colaboradora de varias publicaciones y autora del libro Los demonios del edén, en el que revela los nexos de varios empresarios y políticos con la pederastía y en especial con Jean Surcar Kuri, quien por estos hechos se halla detenido en Estados Unidos, con una demanda de extradición.  La periodista fue sometida a diversas vejaciones ante la demanda presentada por el empresario Kamel Nacif Borge, a quien se alude en el citado libro. (?) En los primeros 5 años del actual gobierno hay registradas 208 agresiones contra periodistas, casi 60 por ciento más que en el mismo periodo anterior[8].La agenda pendiente de los medios de comunicación La democracia no puede concebirse sin instrumentos que le permitan la rendición de cuentas y la transparencia de los distintos actores sociales.El Informe del Comité de alto nivel de Política Audiovisual de la Comunidad Europea[9] caracteriza a los medios de comunicación en una democracia moderna con los siguientes rasgos:ampliamente disponibles y accesibles;que reflejen la naturaleza pluralista de esta sociedad y que no estén dominados por ningún punto de vista ni controlados por ningún grupo de interés;que pongan al alcance de los ciudadanos la información para que se decanten por opciones, para sí mismos, y para la sociedad, con pleno conocimiento de causa;que proporcionen el soporte necesario para que se produzca el debate público, sostén de las sociedades libres y democráticas, y que el mercado libre, por sí solo, no puede garantizar.El mismo informe insiste en que cualquier modelo de sociedad que limite el acceso a la información o la libertad de expresión a unos pocos privilegiados no es democrática. Aunque dicho informe considera a la información como una condición necesaria de los medios de comunicación, el informe exige que se permita a  los ciudadanos y a los grupos presentar sus argumentos y puntos de vista. En el documento mencionado se considera a los medios de comunicación responsables también de ?la formación (no sólo de la información) de sistemas de conceptos y creencias, incluso de lenguajes - tanto visual y simbólico como verbal - que los ciudadanos utilizan para dar sentido e interpretar el mundo en el que viven. Dicho informe no olvida que los medios de comunicación también desempeñan un papel fundamental en la formación de la identidad cultural.            Las recomendaciones    Lo anterior no puede dejarse a la buena voluntad ni del gobierno ni de las universidades ni de los empresarios de los medios de comunicación. Sería una ingenuidad creer que a los llamados aparatos ideológicos del Estado les interesa hacer conciente el papel que juegan como legitimadores de los intereses estatales y políticos.El 14 de febrero del 2006 demostró al gobierno ?de nueva generación? cómo un tipo de política excluyente de comunicación -enemiga de la crítica- fracasó ante las televisoras nacionales desesperadas por mostrar un nuevo show mediático en pleno proceso electoral. Su fracaso puso en riesgo la gobernabilidad democrática. Miles de poblanas y poblanos salieron a las calles a pedir la renuncia del gobernador. Las organizaciones no gubernamentales Amnistía Internacional, Reporteros Sin Fronteras, la Sociedad Interamericana de Prensa emitieron sin cesar recomendaciones que exhibieron  las carencias democráticas del gobierno en turno. El gobierno estatal se defendió a bomberazos.Para el gobierno la lección es muy clara. Un modelo centralizado de control de la información y los medios debe tomar en cuenta las variables nacionales e internacionales. En el mundo globalizado el chayo y los convenios sólo compran las conciencias de los actores informativos locales. Pero la aldea global mcluhiana demolió desde hace varios años la idea provinciana de una política de comunicación social discrecional y para cuates. El echeverrista ?no te pago para que me pegues? dejó de tener sentido en una sociedad abierta a la competencia de los actores políticos y a la pluralidad.           1) El nivel jurídico;En primer lugar, los recursos públicos se distribuyen discrecionalmente a los medios de comunicación. Es necesario que la asignación de recursos públicos se transparente.De este modo, los convenios de publicidad deben licitarse bajo reglas claras que justifiquen estas decisiones. Al mismo tiempo, los medios de comunicación deben dar a conocer el tipo de convenios que mantienen con las entidades gubernamentales, grupos empresariales o partidos políticos.Por otro lado, en el marco de las disposiciones legales existentes se sabe que el derecho a la libertad de expresión es un derecho fundamental establecido en el artículo 6º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como en diversos instrumentos internacionales de derechos humanos suscritos y ratificados por el Estado mexicano, como el Pacto Internacional de Derechos Políticos y Sociales (artículo 19, párrafo 2) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 13, párrafo 1), aplicables en términos de lo dispuesto en el artículo 133 de la Constitución federal.            Garantizar tanto la libertad de expresión como la libertad de información son tareas del Estado pero como lo señala el relator de Derechos Humanos de la OEA, los gobiernos intentan ?conducir? la libertad de expresión a través de los subisidios por publicidad estatal, por lo que acorde, con una cultura de transparencia y rendición de cuentas tanto el Estado como los medios de comunicación deberían ajustarse a esta cultura democrática.Un marco legal idóneo estimularía nuevas conductas en los medios de comunicación y los funcionarios de gobierno.2) El nivel político;La auto-regulación de los medios de comunicación debe ser una tarea urgente. Si a los partidos políticos, los gobernantes y los funcionarios se les exige transparencia y rendición de cuentas lo mismo debe suceder con los medios de comunicación. Más como una exigencia propia y estimulada por mantener una credibilidad ante la sociedad los medios de comunicación deben transparentarse y auto-regularse. Esta tarea compromete a los medios de comunicación con sus lectores haciendo explícito un pacto tácito pero muchas veces reescrito por los intereses de los medios de comunicación: un pacto de verosimilitud y de verdad de los medios hacia los lectores que enfatice la única responsabilidad del medio de comunicación es con el lector.La competencia democrática que se avecina en el estado, su pluralidad incipiente requiere una modificación en la relación entre los medios de comunicación y los poderes estatales. Sin duda, los mecanismos de simulación de la libertad de expresión en el estado pueden seguir funcionado pero la fascinación mutua entre el poder y la prensa nos remite a un modelo excluyente y antidemocrático; además, también coloca a los periodistas, a los directores de los medios y a los medios de comunicación en un estado de excepción a partir del concepto de ?libertad de expresión? y sus vínculos con el poder.3) El monitoreo ciudadano;La figura del ombusdman o defensor de los derechos del lector y los observatorios ciudadanos de los medios de comunicación son figuras afines a la participación ciudadana. Los ciudadanos pueden organizarse para exigir que la información que reciban cumpla parámetros básicos de objetividad. Si los ciudadanos organizados se mantienen atentos al funcionamiento de los medios de comunicación o los mismos periodistas, académicos y ciudadanos a través de organismos colegiados vigilan a los medios, emitiendo diagnósticos sobre sus deficiencias también podrán realizar orientaciones ciudadanas a estos mismos medios4) la discusión interna de los periodistas.Si se quieren inhibir las viejas prácticas que domestican a la prensa poblana lo mejor es modificar desde el interior de los medios estas conductas a través de conductas alternativas: los códigos de ética periodística consensados por los mismos periodistas, la creación de nuevas leyes en la materia que impulsen el acceso a la información y la libertad de expresión, la profesionalización de los periodistas, el logro de condiciones de vida dignas y salarios dignos para los periodistas, el fomento de redes de información entre periodistas,[10] la creación de colegios independientes que alienten la discusión sobre la democracia y la prensa, la aparición de medios de comunicación auto-gestivos; la realización permanente de talleres para periodistas, la discusión de stándares de calidad en los productos informativos, la inclusión de las llamadas claúsulas de conciencia en los contratos de los periodistas con los empresarios de medios;   una mejor vinculación entre las universidades y los medios de comunicación; cerrar la brecha entre la academia y el oficio periodístico, la figura jurídica del protector de los derechos del lector, etc. son algunos de los temas por discutir en los próximos meses si es que los periodistas quieren que sus medios abandonen la vieja cultura entre el poder y los medios fomentada por un régimen de partido único y la ?unidad de los poblanos?.            Si el/la periodista poblano/a quiere moverse hacia otros modelos de comportamiento regidos por la ética, la independencia y un compromiso con la verdad requiere realizar una auto-crítica para iniciar el desmantelamiento del clientelismo periodístico que alimenta el ejercicio periodístico de todos los días, clientelismo fomentado no sólo por los actores políticos sino también por los periodistas.;                                   [1] Cansino, César, ?Pensar la Transición? en La Jornada Semanal, Número 276,25 de septiembre de 1994[2] En Puebla los salarios de los periodistas alcanzan rangos que van entre los 4 mil a los 12 mil pesos mensuales; por lo que es al menos sospechoso el estilo de vida de algunos periodistas si se atuvieran únicamente al ingreso que reciben en sus medios de comunicación. Ha sido una práctica común de las administraciones estatales, municipales y de la UAP, la existencia de nóminas especiales para periodistas, la entrega de regalos y las comidas o borracheras pagadas con recursos del erario público.[3] Hay matices a este tipo de actividad. Sin duda, la pluralidad y la objetividad pueden ser construidas bajo esta clase de relación pero eso está lejos de convertirse en un modelo periodístico para volverse una estrategia semi-pluralista de legitimación. La crítica también legitima a los actores políticos. Este es en el fondo la propuesta de las nuevas elites políticas deseosas de ser legitimadas a través de una crítica o de una oposición. Ese fue el espíritu de la Reforma Político Electoral de 1978 como lo reseña Octavio Rodríguez Araujo en su libro La Reforma Política y los Partidos en México, Siglo XXI Editores, 1979, México.[4] Aquí habría que realizar algunos matices para no abordar este punto de manera dogmática. Claro que un medio estatal puede mantener una buena calidad y cobertura informativa; pero en el momento en el que la agenda periodística toque temas que directamente lo afectan incumplirá los compromisos periodísticos en aras de mantener su cercanía con el poder.[5] Para una referencia sobre el tema de los subsidios discrecionales a los medios de comunicación  ni el gobierno del estado, ni el gobierno municipal, ni la rectoría de la Universidad Autónoma de Puebla ? las tres principales fuentes de financiamiento de los medios de comunicación en Puebla- hacen públicas, en correspondencia a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información los recursos que otorgan a los medios de comunicación, ni los criterios bajo los cuáles otorgan dichos recursos públicos. Cuando seria recomendable que estos convenios se realizarán bajo licitación como sucede en otros casos.[6] El lector crítico no debe sorprenderse porque en los medios de comunicación poblanos se carece de géneros periodísticos como el reportaje o más aún ninguno de los periódicos de la ciudad de Puebla cuenta con un departamento de investigación periodística. Esto no es casual si los reporteros generaran este tipo de dinámicas no necesitarían de las filtraciones periodísticas que realizan los grupos políticos para golpearse entre sí. Por eso en los diarios de Puebla es más importante la columna (es decir, lo no confirmado y no probado) que el reportaje (lo confirmado, investigado y probado).[7] Veáse el reportaje de Juan Carlos Proal, ?En Puebla, represión a periodistas?, publicado el 22 de Enero de 2006 en el Semanario Proceso.[8] Informe de la Sociedad Interamericana de Prensa 2006 en México.[9] Informe del Grupo de alto nivel de política audiovisual presidido por el Comisario Marcelino Oreja http://ec.europa.eu/comm/avpolicy/docs/library/studies/finalised/hlg/hlg1_es.htm[10] Algunos de estos esfuerzos ya se realizan en otras partes del país. Como lo atestigua la Fundación Prensa y Democracia y la Red Periodismo de Calidad.    

jueves, junio 22, 2006

Ponencia Prensa-Poder

Clientelismo prensa-poder en una sociedad abierta




Palabras Clave: transparencia, democracia, periodismo, ética periodística y periodismo de calidad.
Resumen:
En el presente documento se argumenta que el periodismo más que volverse un poder de facto al lado de los poderes constitucionales/ o peor aún una comparsa de los gobernantes en turno contribuya a la construcción de la ciudadanía.
Bajo esta perspectiva los periodistas deben construir una agenda ciudadana; construir vínculos con los ciudadanos y contribuir sustancialmente a los valores democráticos a través de la crítica, la información de calidad y la reflexión.
Existen al menos cuatro niveles para esta labor: 1) el nivel jurídico; 2) el nivel político; 3) el monitoreo ciudadano; 4) la discusión interna entre los periodistas.
Durante un largo tiempo, los periodistas poblanos funcionaron como voceros del gobierno en turno, algunos recibían estímulos y obtenían prebendas por escribir a favor de los gobernantes. A pesar de que el sistema político mexicano se mueve hacia la pluralidad democrática, se mantiene la tradicional actitud de la prensa local de disputarse la vocería de los grupos y camarillas políticas.
Es necesario que la práctica periodística evolucione hacia un papel de vigilancia en una sociedad cada día más abierta. Por lo que desmontar la actual estructura clientelar de la relación prensa-poder exige repensar los términos de esta relación bajo lo que Gianni Vattimo llamaría ?un pensamiento de la diferencia? en la extensa ?conversación?, al estilo Richard Rorty.

El modelo ?misionero? de la relación prensa-poder
La llamada transición democrática que inició en nuestro país hace más de un decenio ha sido un proceso heterogéneo[1] y a distintas velocidades en las regiones del país. En algunas zonas del territorio nacional ha mostrado avances notables mientras que en otros aún existen las viejas prácticas de los regimenes políticos del siglo pasado.
La idea central de este documento es que la transición democrática está incompleta sino se modifica también la relación entre la prensa y el poder. En el contexto de un modelo de competencia electoral entre los partidos, con una pluralidad de actores políticos y sociales, con la necesidad de una mayor participación ciudadana, urge que el modelo clientelar de la relación prensa-poder sea desmontado.
El Informe sobre la Democracia en América Latina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) nos advierte que existen factores indispensables para la gobernabilidad democrática, ?tales como una prensa libre, una sólida protección de los derechos humanos, un poder judicial independiente y vigoroso, que requieren ser fortalecidos?.
Habría que recordar que la finalidad del periodismo siempre es ética: surge bajo la lógica de los contrapesos propia de los sistemas democráticos como un poder aparte que ilumina las zonas oscuras del poder. Si como señala Paz, el compromiso del poeta es con el lenguaje el compromiso del periodista es con sus lectores. Pero la eticidad del ejercicio periodístico estriba en que apunta a permitir una refexión, a ser parte de la memoria de los tiempos modernos y a permitir la emergencia de nuevas demandas ciudadanas y actores invisibilizados por las prácticas de los poderes del Estado.
Sin embargo, la experiencia que se vive en esta ciudad nos advierte sobre otra acepción de la tarea periodística, una en la que la información se intercambia para obtener beneficios económicos; el silencio de los medios, a cambio, facilita la integración de los medios a la nómina gubernamental[2]; la adulación y el ataque encarnizado a los opositores políticos[3] complacen lo mismo a los gobers preciosos que a otros actores políticos.
La calidad de la información generada por un medio de comunicación está en función de su distancia del poder: entre más ligado financieramente o vinculado a un proyecto político-partidista o político-empresarial la calidad informativa disminuye.[4] A mayor distancia de estos poderes la calidad informativa y la objetividad funcionan mejor.
Amenazada la información y la objetividad por esta cercanía al poder es imposible para los medios de comunicación incluir la pluralidad de las voces de la sociedad o proponer una agenda periodística ciudadana.
Bajo este contexto el tipo de actividad periodística que se realice estará acotada, limitada y restringida. Esta descripción editorial inhibe las estrategias de la crítica. En su lugar, legitima a los actores políticos ya sea por medio del burdo halago o por la simulación de la pluralidad revestida de oposición feroz.
El control estatal de la información
Las ciudades y las regiones tienen los medios que se merecen. Insistimos en esta idea central: a mayor intervención estatal en la vida pública para controlar a los actores políticos mayor será la necesidad de las instituciones del Estado en controlar el flujo de información.
Bajo este parámetro, el modelo poblano de relación entre medios de comunicación y el poder estatal (administraciones municipales, estatales y la universidad pública) es la del subsidio: ?inyectar?[5] recursos a los medios de comunicación para domesticarlos.
Modelo sin duda ?exitoso?. Ha sido cómodo para que los directivos de los medios de comunicación hagan rentables sus periódicos, sus estaciones radiofónicas, sus televisoras y ahora hasta sus portales electrónicos.
Si aplicamos la lógica del mercado esta búsqueda del subsidio gubernamental ha producido medios de comunicación que compiten por estos recursos ya sea a través del golpeteo sensacionalista o a través de la adulación. Si al medio de comunicación ?en este mecanismo de dependencia- sólo le interesa el subsidio gubernamental no regulado entonces los medios de comunicación no tienen necesidad de periodistas calificados, de indagar a profundidad los temas de coyuntura, de generar una agenda ciudadana, en suma de fortalecer a la democracia.[6]
Esto entorpece las aspiraciones a la modernidad democrática y en este intercambio de la relación prensa-poder quienes han sido los grandes perdedores son la ciudadanía, la democracia y los periodistas.
La ciudadanía porque no cuenta con información de calidad para la toma de decisiones; la democracia porque carece de elementos para evaluar el comportamiento de los actores políticos y los periodistas porque se vuelven empleados de algún proyecto político-gubernamental en detrimento de la crítica, la reflexión a profundidad y el debate.
Este modelo relacional prensa-poder ha producido un estilo de periodismo al que denominamos ?periodismo misionero?.

Democracia y Periodismo
Ya se ha dicho hasta el hartazgo que el periodista debe mantener una independencia frente a los poderes de facto. Pero esta independencia no es únicamente un asunto de voluntades sino además debe ser fortalecida por mecanismos jurídicos, por instituciones fuertes y sólidas, así como por una ciudadanía participativa en las cosas de la vida pública.
Los vasos que comunican los valores democráticos como la transparencia, la rendición de cuentas, la participación ciudadana, la no discrecionalidad de los actos de los gobernantes, debe estar presentes en el ejercicio periodístico.
No podemos omitir esta concepción básica: el periodismo no sucede en el vacío, en un mundo de algodones, en un mundo platónico perfecto donde reina el deber-ser. El periodismo es un constructo histórico que responde a intereses muy concretos y específicos de los actores sociales, surge en una una cultura y bajo reglas implícitas de la conducción política.
Por esta razón, la competencia electoral mínima, la nula independencia de poderes, el control de los órganos de fiscalización, la imposición de incondicionales en organismos como la Comisión de derechos humanos y de transparencia de la información, los partidos políticos satélite, la universidad pública sin autonomía y medios de comunicación que inciden esporádicamente en la construcción de valores democráticos son el marco ideal ara que las viejas conductas políticas del control de la información se perpetúen.

El informe de la Sociedad Interamericana de Prensa en Puebla
El informe 2006 de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) sobre México refiere que la auto-censura en el norte del país y el ataque a la libertad de expresión por políticos y gobernantes son prácticas comunes. Sin parámetros en la opinión pública nacional la persecución realizada por el gobierno estatal en contra de la periodista Lidia Cacho generó una respuesta en instancias federales y la creación de una Fiscalía Especial para Delitos en contra de Periodistas porque en este sexenio han existido 208 agresiones a los reporteros.
Debemos estar atentos a que una opinión del Ejecutivo Estatal sobre los periodistas no se vuelva norma de conducta para funcionarios, políticos y líderes de partidos: "Hay crítica que solamente confunde y destruye. Ésa, pues vamos a procurar que desaparezca, porque ésa no contribuye a nada bueno, solamente a que la gente tenga más desconfianza, que no crea en nadie."[7] Queda claro que esta opinión del gobernante sobre los periodistas se volvió una forma de conducta pública de las instituciones en Puebla.
Sin embargo, esto que es incidental y afecta el desarrollo de la vida democrática en el estado debe mirarse en un contexto más amplio y estructural, es decir, el caso Cacho-Marín-Nacif evidenció los rasgos de un gobernante de talante autoritario y sin compromiso con los valores democráticos, pero lo que no se ha analizado, discutido, comprendido y evaluado es que con la salida del gobernador o con su permanencia quedan intactas las practicas que privilegian una relación cómoda entre prensa y el poder estatal. Sobre esto poco se ha dicho.
La libertad de expresión y de prensa sufrió nuevas agresiones brutales. Los ataques de grupos ligados al crimen organizado, especialmente al narcotráfico, siguen siendo el factor principal que lesiona la libertad de información.(?) Políticos y gobernantes, subordinados en ocasiones al poder económico, protagonizaron graves ataques contra periodistas(?) Bajo cargos de difamación, el 16 de diciembre fue detenida en Cancún, Quintana Roo, la periodista y activista social Lydia Cacho Ribeiro, colaboradora de varias publicaciones y autora del libro Los demonios del edén, en el que revela los nexos de varios empresarios y políticos con la pederastía y en especial con Jean Surcar Kuri, quien por estos hechos se halla detenido en Estados Unidos, con una demanda de extradición. La periodista fue sometida a diversas vejaciones ante la demanda presentada por el empresario Kamel Nacif Borge, a quien se alude en el citado libro. (?) En los primeros 5 años del actual gobierno hay registradas 208 agresiones contra periodistas, casi 60 por ciento más que en el mismo periodo anterior[8].


La agenda pendiente de los medios de comunicación

La democracia no puede concebirse sin instrumentos que le permitan la rendición de cuentas y la transparencia de los distintos actores sociales.
El Informe del Comité de alto nivel de Política Audiovisual de la Comunidad Europea[9] caracteriza a los medios de comunicación en una democracia moderna con los siguientes rasgos:
ampliamente disponibles y accesibles;
que reflejen la naturaleza pluralista de esta sociedad y que no estén dominados por ningún punto de vista ni controlados por ningún grupo de interés;
que pongan al alcance de los ciudadanos la información para que se decanten por opciones, para sí mismos, y para la sociedad, con pleno conocimiento de causa;
que proporcionen el soporte necesario para que se produzca el debate público, sostén de las sociedades libres y democráticas, y que el mercado libre, por sí solo, no puede garantizar.
El mismo informe insiste en que cualquier modelo de sociedad que limite el acceso a la información o la libertad de expresión a unos pocos privilegiados no es democrática. Aunque dicho informe considera a la información como una condición necesaria de los medios de comunicación, el informe exige que se permita a los ciudadanos y a los grupos presentar sus argumentos y puntos de vista. En el documento mencionado se considera a los medios de comunicación responsables también de ?la formación (no sólo de la información) de sistemas de conceptos y creencias, incluso de lenguajes - tanto visual y simbólico como verbal - que los ciudadanos utilizan para dar sentido e interpretar el mundo en el que viven. Dicho informe no olvida que los medios de comunicación también desempeñan un papel fundamental en la formación de la identidad cultural.
Las recomendaciones
Lo anterior no puede dejarse a la buena voluntad ni del gobierno ni de las universidades ni de los empresarios de los medios de comunicación. Sería una ingenuidad creer que a los llamados aparatos ideológicos del Estado les interesa hacer conciente el papel que juegan como legitimadores de los intereses estatales y políticos.
El 14 de febrero del 2006 demostró al gobierno ?de nueva generación? cómo un tipo de política excluyente de comunicación -enemiga de la crítica- fracasó ante las televisoras nacionales desesperadas por mostrar un nuevo show mediático en pleno proceso electoral. Su fracaso puso en riesgo la gobernabilidad democrática. Miles de poblanas y poblanos salieron a las calles a pedir la renuncia del gobernador. Las organizaciones no gubernamentales Amnistía Internacional, Reporteros Sin Fronteras, la Sociedad Interamericana de Prensa emitieron sin cesar recomendaciones que exhibieron las carencias democráticas del gobierno en turno. El gobierno estatal se defendió a bomberazos.
Para el gobierno la lección es muy clara. Un modelo centralizado de control de la información y los medios debe tomar en cuenta las variables nacionales e internacionales. En el mundo globalizado el chayo y los convenios sólo compran las conciencias de los actores informativos locales. Pero la aldea global mcluhiana demolió desde hace varios años la idea provinciana de una política de comunicación social discrecional y para cuates. El echeverrista ?no te pago para que me pegues? dejó de tener sentido en una sociedad abierta a la competencia de los actores políticos y a la pluralidad.

1) El nivel jurídico;
En primer lugar, los recursos públicos se distribuyen discrecionalmente a los medios de comunicación.
Es necesario que la asignación de recursos públicos se transparente.
De este modo, los convenios de publicidad deben licitarse bajo reglas claras que justifiquen estas decisiones. Al mismo tiempo, los medios de comunicación deben dar a conocer el tipo de convenios que mantienen con las entidades gubernamentales, grupos empresariales o partidos políticos.
Por otro lado, en el marco de las disposiciones legales existentes se sabe que el derecho a la libertad de expresión es un derecho fundamental establecido en el artículo 6º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como en diversos instrumentos internacionales de derechos humanos suscritos y ratificados por el Estado mexicano, como el Pacto Internacional de Derechos Políticos y Sociales (artículo 19, párrafo 2) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 13, párrafo 1), aplicables en términos de lo dispuesto en el artículo 133 de la Constitución federal.
Garantizar tanto la libertad de expresión como la libertad de información son tareas del Estado pero como lo señala el relator de Derechos Humanos de la OEA, los gobiernos intentan ?conducir? la libertad de expresión a través de los subisidios por publicidad estatal, por lo que acorde, con una cultura de transparencia y rendición de cuentas tanto el Estado como los medios de comunicación deberían ajustarse a esta cultura democrática.
Un marco legal idóneo estimularía nuevas conductas en los medios de comunicación y los funcionarios de gobierno.

2) El nivel político;
La auto-regulación de los medios de comunicación debe ser una tarea urgente. Si a los partidos políticos, los gobernantes y los funcionarios se les exige transparencia y rendición de cuentas lo mismo debe suceder con los medios de comunicación. Más como una exigencia propia y estimulada por mantener una credibilidad ante la sociedad los medios de comunicación deben transparentarse y auto-regularse. Esta tarea compromete a los medios de comunicación con sus lectores haciendo explícito un pacto tácito pero muchas veces reescrito por los intereses de los medios de comunicación: un pacto de verosimilitud y de verdad de los medios hacia los lectores que enfatice la única responsabilidad del medio de comunicación es con el lector.
La competencia democrática que se avecina en el estado, su pluralidad incipiente requiere una modificación en la relación entre los medios de comunicación y los poderes estatales. Sin duda, los mecanismos de simulación de la libertad de expresión en el estado pueden seguir funcionado pero la fascinación mutua entre el poder y la prensa nos remite a un modelo excluyente y antidemocrático; además, también coloca a los periodistas, a los directores de los medios y a los medios de comunicación en un estado de excepción a partir del concepto de ?libertad de expresión? y sus vínculos con el poder.
3) El monitoreo ciudadano;
La figura del ombusdman o defensor de los derechos del lector y los observatorios ciudadanos de los medios de comunicación son figuras afines a la participación ciudadana. Los ciudadanos pueden organizarse para exigir que la información que reciban cumpla parámetros básicos de objetividad. Si los ciudadanos organizados se mantienen atentos al funcionamiento de los medios de comunicación o los mismos periodistas, académicos y ciudadanos a través de organismos colegiados vigilan a los medios, emitiendo diagnósticos sobre sus deficiencias también podrán realizar orientaciones ciudadanas a estos mismos medios
4) la discusión interna de los periodistas.
Si se quieren inhibir las viejas prácticas que domestican a la prensa poblana lo mejor es modificar desde el interior de los medios estas conductas a través de conductas alternativas: los códigos de ética periodística consensados por los mismos periodistas, la creación de nuevas leyes en la materia que impulsen el acceso a la información y la libertad de expresión, la profesionalización de los periodistas, el logro de condiciones de vida dignas y salarios dignos para los periodistas, el fomento de redes de información entre periodistas,[10] la creación de colegios independientes que alienten la discusión sobre la democracia y la prensa, la aparición de medios de comunicación auto-gestivos; la realización permanente de talleres para periodistas, la discusión de stándares de calidad en los productos informativos, la inclusión de las llamadas claúsulas de conciencia en los contratos de los periodistas con los empresarios de medios; una mejor vinculación entre las universidades y los medios de comunicación; cerrar la brecha entre la academia y el oficio periodístico, la figura jurídica del protector de los derechos del lector, etc. son algunos de los temas por discutir en los próximos meses si es que los periodistas quieren que sus medios abandonen la vieja cultura entre el poder y los medios fomentada por un régimen de partido único y la ?unidad de los poblanos?.
Si el/la periodista poblano/a quiere moverse hacia otros modelos de comportamiento regidos por la ética, la independencia y un compromiso con la verdad requiere realizar una auto-crítica para iniciar el desmantelamiento del clientelismo periodístico que alimenta el ejercicio periodístico de todos los días, clientelismo fomentado no sólo por los actores políticos sino también por los periodistas.

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[1] Cansino, César, ?Pensar la Transición? en La Jornada Semanal, Número 276,25 de septiembre de 1994
[2] En Puebla los salarios de los periodistas alcanzan rangos que van entre los 4 mil a los 12 mil pesos mensuales; por lo que es al menos sospechoso el estilo de vida de algunos periodistas si se atuvieran únicamente al ingreso que reciben en sus medios de comunicación. Ha sido una práctica común de las administraciones estatales, municipales y de la UAP, la existencia de nóminas especiales para periodistas, la entrega de regalos y las comidas o borracheras pagadas con recursos del erario público.
[3] Hay matices a este tipo de actividad. Sin duda, la pluralidad y la objetividad pueden ser construidas bajo esta clase de relación pero eso está lejos de convertirse en un modelo periodístico para volverse una estrategia semi-pluralista de legitimación. La crítica también legitima a los actores políticos. Este es en el fondo la propuesta de las nuevas elites políticas deseosas de ser legitimadas a través de una crítica o de una oposición. Ese fue el espíritu de la Reforma Político Electoral de 1978 como lo reseña Octavio Rodríguez Araujo en su libro La Reforma Política y los Partidos en México, Siglo XXI Editores, 1979, México.
[4] Aquí habría que realizar algunos matices para no abordar este punto de manera dogmática. Claro que un medio estatal puede mantener una buena calidad y cobertura informativa; pero en el momento en el que la agenda periodística toque temas que directamente lo afectan incumplirá los compromisos periodísticos en aras de mantener su cercanía con el poder.
[5] Para una referencia sobre el tema de los subsidios discrecionales a los medios de comunicación ni el gobierno del estado, ni el gobierno municipal, ni la rectoría de la Universidad Autónoma de Puebla ? las tres principales fuentes de financiamiento de los medios de comunicación en Puebla- hacen públicas, en correspondencia a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información los recursos que otorgan a los medios de comunicación, ni los criterios bajo los cuáles otorgan dichos recursos públicos. Cuando seria recomendable que estos convenios se realizarán bajo licitación como sucede en otros casos.
[6] El lector crítico no debe sorprenderse porque en los medios de comunicación poblanos se carece de géneros periodísticos como el reportaje o más aún ninguno de los periódicos de la ciudad de Puebla cuenta con un departamento de investigación periodística. Esto no es casual si los reporteros generaran este tipo de dinámicas no necesitarían de las filtraciones periodísticas que realizan los grupos políticos para golpearse entre sí. Por eso en los diarios de Puebla es más importante la columna (es decir, lo no confirmado y no probado) que el reportaje (lo confirmado, investigado y probado).
[7] Veáse el reportaje de Juan Carlos Proal, ?En Puebla, represión a periodistas?, publicado el 22 de Enero de 2006 en el Semanario Proceso.
[8] Informe de la Sociedad Interamericana de Prensa 2006 en México.
[9] Informe del Grupo de alto nivel de política audiovisual presidido por el Comisario Marcelino Oreja http://ec.europa.eu/comm/avpolicy/docs/library/studies/finalised/hlg/hlg1_es.htm
[10] Algunos de estos esfuerzos ya se realizan en otras partes del país. Como lo atestigua la Fundación Prensa y Democracia y la Red Periodismo de Calidad.

domingo, junio 04, 2006

Tesis sobre weblogos y periodismo

Está disponible en línea una tesis sobre weblogs y periodismo la cual puede bajarse para leerse en formato pdf.
Ya la bajé y creo que vale la pena seguirla leyendo. Lo haré más tarde..

Diez propuestas blogger

En el post literatura en la red se enlistan las siguientes Diez propuestas no canónicas de lo blogger:


1. Abrir la obra a la hipertextualidad, la asincronía y la participación.
2. Explotar la dinámica dialógica, hipertextual y cronológica y evitar la redundancia con el papel.
3. Recuperar la oralidad del blog, tan necesario para refrescar la literatura.
4. Explotar la intertextualidad creativa y el valor cero de la copia para crear
.5. Fragmentar, acortar y crear caminos hipertextuales donde el lector elija la composición de la obra. El lector compone la obra.
6. Literatura multimedia.
7. Clicwriting: escritura basada en el golpe instantáneo y en la concomitancia de escritura y edición (Yépez)
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8. El aforismo y el esquema como puerta de la biblioteca y la obra.
9. Emplear la blogosfera, los wikis o los foros de discusión como contacto directo con los lectores y debate sobre la obra;
10. Enriquecer el dominio público y la cultura libre. Lo que se crea en red se comparte en la Red sin el apego a los derechos de autor para estimular la participación y alimentar la creación de otros sin cortapisas.
En una entrevista el escritor de ciencia ficción Stanislaw Lem nos dice lo que siempre hemos intuido sobre la literatura y nuestras esperanzas:

"Ahora, en serio: ¿qué poder tiene la literatura? ¿Puede cambiar por ejemplo la política? Está claro que no. Todo ser humano alberga esperanzas, muchas veces irracionales en este sentido, y a la postre acaba tremendamente decepcionado."

Más adelante se le pregunta al escritor:
"Desde finales de los 80 se volcó en el ensayo... ¿por qué motivo sintió la necesidad de abandonar la ciencia ficción? ¿acaso la misma razón que, durante los peores momentos del stalinismo, le llevó a abandonar el realismo por la literatura fantástica?"


"¿Acaso hubiera debido seguir escribiendo ficción hasta el final de mis días? Un hombre puede cambiar de oficio. A veces escribo cosas divertidas y otras veces cosas menos divertidas. El ser humano debe dedicarse a hacer aquello para lo que está dotado, y yo pensaba que sabía escribir cierta literatura y así lo hice. Luego, con el tiempo, me planteé si seguía sabiendo? La motivación fue disminuyendo, los centros de interés cambian, también cambian las circunstancias? Pero muchas de las cosas que eran fantasía se han hecho realidad. Hoy en día, la realidad es más "caricaturesca" que lo que yo mismo encontré en mi imaginación en su día, con lo cual no tiene sentido que compitan la fantasía y la realidad entre sí?. No hay imaginación que pueda competir con la realidad, no hay nada que pueda superar la realidad actual, es un esfuerzo inútil"
Cierto, si la literatura es una forma de mediatización, el blog literario -vamos, aceptando, una taxonomía bastante vieja- es ciertamente también una aumento de esta mediatización.
Surgen otras estructuras a partir del software en línea.
O como llevando hasta las últimas consecuencias el ensayo sobre la literatura blog de Yepez, el blog se inscribe ya dentro de los electrodomésticos y más aún, en lugar de sustituir al libro, lo deshinibe, lo expande, lo hace necesario y confiable.

sábado, junio 03, 2006

I. No encuentro los acentos en esta cosa.

2. Revisar los desplegados..

3. Dónde estás?